Durante décadas el arte fue subestimado sobre los efectos positivos que podría tener en el desarrollo de los infantes, pero en la actualidad diversas investigaciones han dejado ver los grandes beneficios que se pueden obtener de él en diversas áreas humanas.
Se usa con fines terapéuticos y rituales que refuerzan nuestro vínculo con la tierra, despertando nuestra memoria ancestral y espíritu. Además, trae beneficios físicos que refuerzan nuestro organismo.