La palabra mandala significa círculo mágico y representa las fuerzas que controlan el universo.
El solo hecho de dibujarlo permite expresar la personalidad y originalidad de cada ser humano, y así ningún mandala resultará igual a otro. A medida que se avanza en su construcción se representa la evolución del ser.
En la meditación se suele elegir un mandala ya construido y se observa tranquilamente recorriendo cada color, forma, línea y volúmenes que traerán bienestar y relajación al espíritu. Esta atención en los detalles es vital para apreciar la totalidad del arte, alcanzar la paz, reducir la ansiedad, el estrés y lograr el equilibrio emocional, espiritual, energético y físico.
Esta técnica milenaria ha plasmado en cada color y forma, significados que llevan a la mente a un estado de calma y transportará a cada persona a comprender aspectos creativos que sorprenden. Con cada color se activan los diversos tonos del cuerpo energético o chakras y nos alimentamos con su vibración.
A continuación compartimos los significados: